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El cementerio de Santa Coloma de Gramenet inauguró ayer una instalación de 750 metros cuadrados de placas fotovoltaicas que generarán una pequeña parte, casi ínfima, de la electricidad que consume el municipio.

Las placas, colocadas en lo alto de los nichos, producirán unos 125.000 kilovatios al año, la energía utilizada por unos 60 hogares. La electricidad será vendida por la empresa gestora del parque fotovoltaico, Live Energy, a Endesa y se distribuirá por la ciudad.

Según los cálculos del ayuntamiento, las placas ahorrarán la emisión de unas 62 toneladas de CO2 a la atmósfera.La instalación de los paneles, pioneros en un cementerio español, ha costado 720.000 euros, que se rentabilizarán con la venta de energía a Endesa.

La colocación de las placas ha tenido en cuenta el reducir el impacto visual sobre el cementerio. De hecho su orientación (con 30 grados de inclinación hacia el sur) no logra el 100% de captación de luz solar, porque intenta respetar la misma dirección que los nichos sobre los cuales se instalaron las placas.

Los responsables del proyecto explicaron que la producción eléctrica aún es pequeña, pero no se descarta que las mejoras tecnológicas en la captación solar y la ampliación de la estructura permitan una mayor generación.